Los odontólogos ya no son los custodios exclusivos de los "secretos" de esta materia: para comprender mejor los fenómenos que observamos, resultó más útil (y más lógico) ampliar el abanico de posibles puntos de vista. No será de extrañar, por tanto, que puedan surgir aquí y allá elementos de la filosofía; de hecho, no hay ciencia que pueda abstenerse de hacer preguntas y reflexionar, de vez en cuando, sobre el ser humano en toda su profundidad y complejidad. Ningún médico puede considerarse exento. Ni siquiera para masticar. | Los odontólogos ya no son los custodios exclusivos de los "secretos" de esta materia: para comprender mejor los fenómenos que observamos, resultó más útil (y más lógico) ampliar el abanico de posibles puntos de vista. No será de extrañar, por tanto, que puedan surgir aquí y allá elementos de la filosofía; de hecho, no hay ciencia que pueda abstenerse de hacer preguntas y reflexionar, de vez en cuando, sobre el ser humano en toda su profundidad y complejidad. Ningún médico puede considerarse exento. Ni siquiera para masticar. |